jueves, 26 de mayo de 2011

Tutores


¿Es la tutoría una forma de organización o un método? ¿Cuáles son sus objetivos? ¿Por qué aún cuando existen cada vez más medios y métodos de enseñanza aprendizaje muy eficientes, se mantienen la concepción de la tutoría? ¿Cuáles son sus ventajas? 
Estas, son entre muchas más, algunos interrogantes que nos planteamos los docentes de la educación superior. Evidentemente, la oportunidad que ofrece la tutoría de intercambio entre el estudiante y un profesional, enriquece sustancialmente la formación del alumno. 
La orientación en el marco universitario subraya la ayuda desde la actividad educativa, para que el estudiante conozca sus posibilidades y limitaciones, sus éxitos y deficiencias y/o insuficiencias; y sobre la base de dicho conocimiento se elabore un plan de acción dirigido a superar los obstáculos y producir el crecimiento personal del estudiante. Este programa de desarrollo exige de un personal convenientemente preparado y calificado que satisfaga las necesidades del estudiante, así como de los medios necesarios para su ejecución. Una persona ideal para lograr estos fines es el tutor. No es la labor del tutor lo que entorpece o acelera los procesos de aprendizaje, son la propuestas de los docentes las que realizan la magia del aprendizaje. Tareas desordenadas, apretadas en tiempo, o estructuradas "para" el docente, hacen de una mayor dependencia hacia la tutoría. El rol del tutor y el del docente son diferentes, su único nexo es el estudiante y sus procesos de aprendizaje. Pero aún así es difícil limitar estos espacios, ya que hay docentes que son muy buenos tutores y hay tutores que son grandes maestros. Lo cierto es que la tutoría no es un escenario de clases, es un espacio de interacción entre el alumno y el tutor, en donde quién activa el escenario es el propio tutor, mediante motivaciones para entregar informes, consultas, ensayos. En ese espacio el estudiante requiere tener un gran número de herramientas para poder trabajar y la labor del tutor es mostrar la importancia de las herramientas y la bondad que tiene las mismas, pero, no emitir juicios en los que oriente el proceso de construcción del conocimiento del alumno.

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